¡Hola, buen verano! Días antes y después de la noche de San Juan florece el hipérico (Hipericum perforatum), con el que podemos preparar un aceite para heridas, cortes, llagas, rozaduras, costras y demás afecciones de la piel, de manera muy sencilla:
Nos "armamos" de unas tijeras y vamos a la mata de hipérico, que crece junto a carreteras y caminos y ribazos. Inconfundibles sus flores amarillo vivo, con estambres largos, y los agujeritos que vemos al contemplar unas hojas al trasluz (donde está la hipericina)
Debemos cortar los capítulos florales, que es lo que se muestra en la foto:
¡Y ya tenemos un buen ramillete!
A continuación cortamos la planta en el bote que hayamos elegido, para facilitar la liberación de las sustancias...
Cubrimos con aceite, en este caso de oliva virgen, pero puede ser de almendras u otros (siempre de buena calidad, es para nuestra piel)
Tapamos y agitamos...
¡Y ya está! Ahora a dejarlo reposar un par de semanas al sol, removiendo un par de veces al día
También hay que tener algunas precauciones: No hay que exponer la piel tratada con aceite de hipérico al sol, porque ésta queda sensibilizada. Ello es debido al efecto de fotosensibilización. Se sabe que antiguamente los pastores observaron en animales cono caballos, ovejas y vacas que habían consumido hipérico padecían determinados problemas de piel. Tampoco se recomienda el uso prolongado en embarazadas y durante la lactancia. ( www.ecoaldea.com )
¡Y decir que observando estas precauciones, el aceite sirve para muchas cosas y es buenísimo!
¡Hasta la vistaaa!
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